No sé qué tienes mujer - Jorge Arismendi Jr.

No sé qué tienes mujer
qué pausa llevan tus caderas
No sé qué tienes

A veces me incorporo a tu suspiro
a veces soy un tímido admirador
Pero no sé qué llevas contigo

Quizá es el tremendo ejercicio
La evidencia de un Dios en la Tierra
Tal parece perfecta la miel de tu boca

Si me preguntas te diría
No sé qué tienes mujer
Pero lo que tienes me gusta

Háblame de cualquier cosa
sólo me fijaré en tus ojos
Diga lo que le venga en gana

Te contemplo y te imagino
Te desnudo el pensamiento y te miro
Me pides otro beso y recuerdo a Mario:
"¿Y si Dios fuera mujer?"
Viviré comulgando en tu cuerpo.
Amén.

Apenas Brasa


Como la punta de pierna:
escasa brasa, apenas tenue el fuego,
imperceptible el toque.
Con la dosis justa
de sal marina un tanto gruesa.
Todo a su tiempo.
Se da vuelta
con las manos tiernas,
otro poco de sal,
otro poco de espera.

Apenas brasa,
apenas tenue,
la carne se abre,
con todo su jugo virgen.
Es mágica la espera…
… la delicia en la boca.

Colaboración de María Luisa Lazzaro desde Venezuela

Mi flor prendada


Esta noche estarás en mis sueños y 
te añoraré, mas cada noche que 
no te tenga junto a mí, 
porque te deseo y te necesito 
inmensamente junto a mi; 
soñaré de tenerte junto a mi 
cuerpo desnudo cada noche y al 

despertar en el amanecer, 
rogaré porque eso se haga realidad , 
pues necesito sentir el aroma de 
tu cuerpo, sentirte a ti junto a mí, 
Flor prendada de las lágrimas de mi 
bello y ansiado universo de amor, 
eres belleza arremolinada en los 

fértiles vientos y las suaves brisas, 
senos donde nacen los mas 
maravillosos ríos de la vida y del amor, 
toda tu esencia es divina para 
mis sentidos. En ti se peinan los deseos 
más bellos e inmortales, del amor. 

En ti amor mío se abrazan todas las 
Evas del mundo y del Edén, 
haciéndote la más bella y sensual reina 
de la creación, sobre ti mi amor, 
por ser mujer se arrodilla el amor ante ti. 
Y las nuevas vidas nacen y paren 
en tu majestuoso vientre, colmando 
de alegría la existencia de tu hijo, 
mujer eres el más bello espejo de 

los sueños del hombre, que te 
ama y te respeta con todo el amor 
de mi corazón, El día que yo te vi, 
mis ojos brillaron, mis labios sonrieron 
y mis los latidos de mi corazón, 
brotaron y se aceleraron, me basta solo 
con mirarte y besar tus labios se va 
todo mi sufrimiento.

Colaboración de Manuel Granados

Ardiente ducha de amor


Recuerdas mis manos acariciar tu, 
aterciopelado y sensual cuerpo, 
esas manos que sabían cómo y 
dónde acariciar con todo mi amor, 
como hacer que tu cuerpo ardiera de, 
en llamas por el deseo y la pasión, 
tus suaves manos que bajo la fina lluvia, 
de la ducha recorrían cada centímetro, 
de tu sedoso y escultural cuerpo. 

Mientras mis sedosos labios te besaban, 
una y otra vez mientras tus manos, 
acariciaban mis brazos, mi espalda 
humedecida y mojada hasta llegar. 
a tus más deseados glúteos tersos y 
duros continuando su camino, 
una y otra vez. 

Iban y venían por tu piel, 
subían y bajaban acariciándolo con, 
amor y deseo recorrían tu cara, 
como dibujándola pasaban por tu cuello y 
mis labios besaban, tus hombros, 
en tus pechos se detenían y 
estacionaban por unos instantes, 
en los pliegues de tu cintura. 

Recuerdas amor mío como, 
nos mojaba el fino agua en la ducha y 
como tus brazos rodeaban mi cuello, 
besabas mis labios con tanto ardor y 
pasión mientras tu cuerpo desnudo, 
quedaba atrapado entre mi pecho y 
la pared, mientras mi boca comía la tuya, 
una y otra vez, mi lengua en tu boca, 
saboreaba tu saliva, tus labios y tu lengua, 
te amare toda la vida para hacerte feliz. 

Amor mío, que bella, loca y dulce fue, 
aquella deliciosa noche llena de amor, 
para nosotros cuando me hiciste tuyo, 
Bajo la suave y fina lluvia de la ducha, 
cuando caía sobre nuestros cuerpos, 
desnudos y ardientes en llamas. 
Tus palabras entrecortadas me decían, 
amor mío entra dentro de mí ser por favor, 
necesito sentirte dentro de mi cuerpo y 
poseerte con todo mi amor y pasión.

Colaboración de Manuel Granados