Ardiente ducha de amor


Recuerdas mis manos acariciar tu, 
aterciopelado y sensual cuerpo, 
esas manos que sabían cómo y 
dónde acariciar con todo mi amor, 
como hacer que tu cuerpo ardiera de, 
en llamas por el deseo y la pasión, 
tus suaves manos que bajo la fina lluvia, 
de la ducha recorrían cada centímetro, 
de tu sedoso y escultural cuerpo. 

Mientras mis sedosos labios te besaban, 
una y otra vez mientras tus manos, 
acariciaban mis brazos, mi espalda 
humedecida y mojada hasta llegar. 
a tus más deseados glúteos tersos y 
duros continuando su camino, 
una y otra vez. 

Iban y venían por tu piel, 
subían y bajaban acariciándolo con, 
amor y deseo recorrían tu cara, 
como dibujándola pasaban por tu cuello y 
mis labios besaban, tus hombros, 
en tus pechos se detenían y 
estacionaban por unos instantes, 
en los pliegues de tu cintura. 

Recuerdas amor mío como, 
nos mojaba el fino agua en la ducha y 
como tus brazos rodeaban mi cuello, 
besabas mis labios con tanto ardor y 
pasión mientras tu cuerpo desnudo, 
quedaba atrapado entre mi pecho y 
la pared, mientras mi boca comía la tuya, 
una y otra vez, mi lengua en tu boca, 
saboreaba tu saliva, tus labios y tu lengua, 
te amare toda la vida para hacerte feliz. 

Amor mío, que bella, loca y dulce fue, 
aquella deliciosa noche llena de amor, 
para nosotros cuando me hiciste tuyo, 
Bajo la suave y fina lluvia de la ducha, 
cuando caía sobre nuestros cuerpos, 
desnudos y ardientes en llamas. 
Tus palabras entrecortadas me decían, 
amor mío entra dentro de mí ser por favor, 
necesito sentirte dentro de mi cuerpo y 
poseerte con todo mi amor y pasión.

Colaboración de Manuel Granados

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